Cuando se trata de aprender a comer, los bebés necesitan toda la ayuda posible. Comer es una habilidad que hay que aprender, por lo que es importante que los padres den a su bebé todo el apoyo y el estímulo necesarios. Desde introducirles en diferentes sabores y texturas hasta enseñarles a coordinar bien sus manos y ojos, hay muchos consejos y trucos que puedes utilizar para que la hora de comer sea más fácil (¡y agradable!) para tu pequeño.
Explorar diferentes sabores y texturas
Los bebés aún están aprendiendo lo que les gusta cuando se trata de comer, por lo que es importante introducirles pronto en diferentes sabores y texturas. Esto puede ayudar a prevenir el picoteo más adelante. Puedes empezar con purés, como el de manzana o el de patata, y luego ir introduciendo gradualmente sólidos más difíciles de masticar, como queso rallado o frutas blandas, como trozos de plátano. Ofrecerle una variedad de sabores también ayudará a tu bebé a aprender cuáles prefiere.
Además de probar cosas nuevas, también es importante que tu bebé beba suficiente líquido a lo largo del día. La leche materna o artificial debe seguir siendo su principal fuente de hidratación, pero ofrecerles agua en un vaso a la hora de comer puede ayudar a mantener su organismo sano y bien hidratado. Recuerda no llenar demasiado sus tazas; ¡con pequeños sorbos cada vez será suficiente!
Fomentar la autoalimentación
A medida que tu bebé crezca, puedes enseñarle a alimentarse por sí mismo dándole de comer con los dedos. Las tiras pegajosas de queso a la plancha, las rodajitas de fruta o los trocitos de verdura cocida funcionan muy bien para enseñar a tu bebé a alimentarse solo, porque son fáciles de agarrar con los deditos. Si notas que se frustran al probar nuevos alimentos, recuerda que la práctica hace al maestro: ¡sigue animándoles hasta que le cojan el truco!
También es importante que no fuerces a tu hijo a comer; esto podría tener efectos negativos en su relación con la comida en el futuro. En lugar de eso, céntrate en hacer que las comidas sean divertidas: prueba a incluir actividades en torno a la mesa, como coleccionar sellos o incluso jugar antes de la hora de la cena. Así se asegurará de que se divierten mientras exploran diferentes sabores y texturas sin sentirse presionados a comer algo con lo que no se sienten cómodos de inmediato.
Desarrollar la motricidad fina
Una buena coordinación mano-ojo es esencial para el éxito de la autoalimentación y la alimentación en general. Algunas actividades divertidas que puedes hacer con tu bebé son ensartar Cheerios en espaguetis o ensartar cuentas en un cordel (ambas son formas estupendas de trabajar su motricidad fina). También puedes presentarles juguetes apropiados para su edad, como bloques apilables o clasificadores de formas que requieran habilidades para resolver problemas; esto no sólo les enseñará sobre las formas, sino que también desarrollará esos importantes músculos de las manos necesarios para comer.
Para enseñar a los niños a comer bien, es fundamental que las comidas sean relajadas y sin estrés; si no hay presión, es más probable que los niños disfruten de la comida y no la vean como una tarea más que hay que hacer cada día. Controlar regularmente a tu hijo durante las comidas te permitirá saber si algo va mal; si esto ocurre, deja de darle de comer hasta que se haya calmado, ¡nadie quiere un malestar estomacal!
Las comidas deben ser ocasiones agradables en las que las familias se reúnan y estrechen lazos en torno a platos sanos y sabrosos. Con paciencia y comprensión por ambas partes (¡y un montón de deliciosos tentempiés!), los bebés pueden aprender a comer correctamente en un abrir y cerrar de ojos. Así que no lo olvides: aunque los bebés pasen por muchas fases cuando aprenden a comer, la hora de la comida siempre debe ser una experiencia positiva llena de amor y risas.
Buena suerte.